La movilidad eléctrica está creciendo en todo el mundo. Cada vez más personas optan por un coche eléctrico como alternativa al vehículo de combustión.
Una de las preguntas que surgen cuando alguien compra un coche eléctrico es cómo cargarlo de forma sostenible y económica. Y una opción interesante es aprovechar la energía solar mediante placas fotovoltaicas instaladas en una vivienda o en un espacio propio.
Qué hace falta para cargar tu coche con placas solares
Para cargar un coche eléctrico con energía solar se necesita una instalación fotovoltaica que pueda generar y gestionar la electricidad suficiente. No se trata solo de colocar unas placas en el tejado, sino de diseñar un sistema adaptado a las necesidades del vehículo y de la vivienda. Estos son los elementos básicos:
Placas solares fotovoltaicas
Las placas solares convierten la radiación solar en electricidad de corriente continua. La cantidad de placas necesarias dependerá de la potencia de tu coche eléctrico, de cuántos kilómetros hagas al día y de la radiación solar que reciba tu zona. Por ejemplo, un coche eléctrico suele consumir entre 15 y 20 kWh cada 100 km. Si recorres unos 40 km diarios, necesitarás alrededor de 8 kWh al día para el coche.
Una placa solar típica de 400 W puede producir entre 1,5 y 2 kWh diarios en condiciones favorables. Por tanto, para cubrir la carga diaria de un coche con ese uso medio, podrían hacer falta entre 4 y 6 placas, aunque lo recomendable es instalar más para tener margen y aprovechar también la energía en el hogar.
Inversor solar
La electricidad generada por las placas es corriente continua, mientras que tanto la red eléctrica doméstica como el coche eléctrico funcionan con corriente alterna. El inversor se encarga de transformar la corriente continua en alterna. Además, gestiona la producción y el consumo de la instalación. Existen inversores híbridos que también permiten trabajar con baterías.
Baterías de almacenamiento
Las baterías no son obligatorias, pero resultan muy útiles. Permiten guardar la energía solar producida durante el día para usarla más tarde, por ejemplo, por la noche, cuando suele cargarse el coche. Sin baterías, la energía que no se consuma en el momento se vierte a la red eléctrica, lo que reduce la autonomía solar del sistema.
Si se instalan baterías, hay que calcular bien su capacidad para que cubran parte de la demanda del coche y del hogar. Un ejemplo: una batería de 10 kWh podría almacenar suficiente energía para cubrir unos 50 km de conducción en un coche eléctrico medio.
Punto de recarga (wallbox)
El coche eléctrico no se conecta directamente al enchufe de casa. Para cargarlo de manera segura y rápida se utiliza un punto de recarga o wallbox. Este dispositivo regula la potencia, protege el vehículo y la instalación, y puede programarse para cargar en determinados momentos. Algunos modelos se comunican con el sistema fotovoltaico y ajustan la carga en función de la producción solar.
Instalación adaptada
La instalación debe ser realizada por profesionales para cumplir con las normativas y garantizar la seguridad durante el uso del cargador.
Es necesario verificar que todo es compatible con la carga del coche, por lo que un equipo especializado en la instalación de un cargador solar para tu coche eléctrico como el de Cargacar es tu mejor opción para tener la seguridad de que tu instalación cumple con todos los requisitos para poder hacer uso de tus placas solares para tal fin.
Consejos para cargar eficientemente tu coche con placas solares
Una vez instalada la infraestructura, el siguiente paso es aprovecharla de la mejor manera posible. No siempre es fácil coordinar el uso del coche con la producción solar, pero hay varias estrategias que ayudan a optimizar el sistema.
Ajustar los hábitos de carga
Lo ideal es cargar el coche en las horas de mayor sol, generalmente entre las 10:00 y las 16:00. En ese momento la producción de las placas es más alta. Si trabajas desde casa o tienes el coche estacionado en tu vivienda durante el día, puedes aprovechar al máximo la energía solar.
Si solo puedes cargarlo por la noche, la batería doméstica cobra más importancia. En ese caso, durante el día la instalación carga la batería y por la noche esa energía se transfiere al coche.
Dimensionar bien la instalación
Un error común es instalar pocas placas pensando solo en el consumo doméstico y después querer añadir un coche eléctrico. La demanda de energía de un vehículo es considerable. Conviene calcular desde el principio la instalación pensando en ambos usos. Esto evita quedarse corto y depender demasiado de la red eléctrica.
Para orientarte, cargar completamente un coche eléctrico con batería de 40 kWh requiere la producción de unas 100 horas de una placa de 400 W en condiciones medias. De ahí la importancia de dimensionar correctamente.
Usar un wallbox con control dinámico
Algunos puntos de recarga detectan la producción solar y ajustan la carga en tiempo real. Por ejemplo, si las placas generan 3 kW, el wallbox carga el coche con esos 3 kW sin recurrir a la red. Si en ese momento conectas otro aparato en casa y la producción solar baja, el wallbox reduce la potencia para no sobrecargar la instalación.
Este tipo de sistemas permiten aprovechar la máxima cantidad posible de energía solar, evitando consumos innecesarios de la red.
Controlar el consumo
Hoy en día existen aplicaciones que permiten monitorizar en tiempo real tanto la energía generada por las placas como la consumida por el coche. Estos datos son muy útiles para entender los hábitos de carga y ajustar la rutina. Por ejemplo, si ves que todos los días te sobra producción solar por la tarde, puedes planificar la carga del coche en esa franja.
Considerar la eficiencia del coche
No todos los coches eléctricos consumen lo mismo. Un vehículo pequeño puede necesitar menos de 13 kWh cada 100 km, mientras que un SUV grande puede superar los 20 kWh. Al elegir el coche, conviene tener en cuenta este factor, ya que influirá directamente en el número de placas necesarias y en la frecuencia de carga.
Revisar y mantener la instalación
Las placas solares requieren poco mantenimiento, pero conviene revisarlas de vez en cuando. Limpiarlas si acumulan polvo o suciedad mejora su rendimiento. También es recomendable revisar el inversor y el wallbox para asegurarse de que funcionan correctamente. Un mantenimiento adecuado alarga la vida útil de todo el sistema y evita pérdidas de eficiencia.